Me gusta que la gente me elogie, que la gente esté todo el tiempo diciéndome "me gusta cómo trabajás", "me encanta que seas tan eficiente", "voy a recomendarte"... Me gusta que a la gente le guste lo que hago, cómo lo hago, y me lo diga constantemente.
Así, me esfuerzo para llamar la atención, ya sea con mi forma de vestir, con mi estilo gótico o raro, hablando de forma distinta a lo que lo hace el resto de la gente, o "hablando con propiedad" (como se debe, cosa que hoy por hoy es raro). Además, de las cosas que hago, como la forma de escribir, mi letra, los diseños de mis dibujos, las imágenes que edito, así como la música que escucho, o los libros que leo.
Me gusta ser el centro de atención, me gusta que a la gente le guste. Me gusta que me lo digan, que me consideren una persona centrada; alguien que no habla mucho, pero que dice lo que hay que decir en el momento apropiado.
Es más, en este momento estoy pensando en que me gustaría que todos los que lean estas palabras me digan que soy un genio, que mi blog, aunque reciente, es muy bueno, y podría llegar a ser uno de los mejores.
Claro está, es imposible.
Sé que nunca tengo que esperar a que la gente me diga esas cosas, ya que soy humano, fallo, y siempre va a haber algo a quien no le guste lo que haga, así como el desear lo que en este momento deseo: ser alabado. A mucha gente de seguro le choca, le molesta. Sin mencionar que siempre va a haber errores en lo que hago, hasta en este escrito.
Pero, es uno de mis defectos. Quizás, algún día, madure. Quizás...
